lunes, 17 de noviembre de 2014

"El cine para mí es como un veneno, y yo noto que estoy herido de muerte"

Neftalí Vela / Director y guionista
Talia Hernando



Los ojos de Neftalí Vela (Gallarta, 1980) llevan muchos años contando historias. Empezó a interesarle el cine cuando rodaba cortometrajes de pequeño. Lo que nunca imaginó, ese niño risueño, es que algún día su hobby se transformaría en su forma de vida.

Neftalí aparece en la calle con una carpeta donde guarda los dibujos de las historias que ha dirigido. Hace seis años su vida dio un giro de 180 grados. Dejó un  trabajo en el que se sentía frustrado para dedicarse a su verdadera pasión: el cine. Neftalí tiene una habilidad natural para la creación ya que, además de escribir guiones y dirigir cortometrajes, dibuja y escribe poesía.

 P: Las historias que cuenta en sus cortometrajes reflejan los pensamientos y deseos internos de los personajes. ¿Qué historias son las que más le inspiran a la hora de escribir un guion? ¿Con qué parte de la creación audiovisual disfruta más?

R: He llegado a la conclusión de que mis historias reflejan mis inquietudes personales, rodadas en los espacios y recuerdos de mi infancia. Los espacios donde me he criado me han influido mucho. Las historias que cuento suelen tener ese punto nostálgico y melancólico. Soy bastante reflexivo en ese aspecto y disfruto recreándome en lo contemplativo. Para mí el cine es un lenguaje único en el que la imagen es lo más importante.

Con la parte que más disfruto es creando el guion, luego lo analizo y voy desarrollando el lenguaje visual. Disfruto mucho con ese lenguaje, es como un baile y cuando todo empieza a encajar es precioso, aunque los rodajes también son bonitos porque es donde el guion cobra vida.

P: Hace storyboards de todos los cortos que dirige. ¿El tiempo invertido en dibujar toda la historia hace que se agilice el tiempo de rodaje?

R: En mi caso sí. Los stories sirven para transmitir lo que quieres al equipo. Es una forma de reflejar mejor mis pensamientos. Soy muy detallista con los storyboards, quiero que todo lo que he dibujado en ellos aparezca en el cortometraje. Me gusta hacerlos sabiendo cuál es la localización en la que voy a situar la historia. A la hora del previo y del rodaje, para mí es imprescindible contar con un storyboard para que todo el mundo sepa que tiene que hacer en cada momento. 

P: 'Al otro lado' y 'Remanecer' son los cortometrajes de más éxito que ha dirigido. ¿Qué sensación tiene cuando la gente le dice que le gustan sus cortos?

R: Te sientes orgulloso y es una forma de recompensar todo el esfuerzo realizado. De todas formas yo soy muy crítico conmigo mismo y con la gente que me da su opinión. En seguida quiero que me cuenten qué parte no les ha gustado porque de los fallos es de lo que más aprendes. En el cine no puedes perder el tiempo; hay que avanzar.

P: Los actores juegan un papel primordial en la credibilidad de la historia. ¿En qué se fija a la hora de elegirlos?

En principio te fijas en lo superficial, a no ser que conozcas ya a esa persona. En mi caso hablo de actores desconocidos, que es con lo que más he trabajado. Me fijo en su rostro y en su manera de moverse. Normalmente intentas ver cómo trabaja convocándolo en un casting. A partir de ahí, te fijas si es capaz de defender ese papel y si yo soy capaz de dirigirle, al final es la intuición la que decide. Me gusta trabajar con actores desconocidos por su capacidad para sorprenderme. Para mí no solo es hacer cine, se trata de conocer a las personas.

P: La pasión por el cine es la que muchas veces os empuja a seguir adelante con vuestra profesión. ¿Alguna vez ha pensado en tirar la toalla?

R: Casi todos los días me lo planteo porque no siempre hay fuerzas. Esto para mí es un veneno, y yo noto que estoy herido de muerte. Me dedico a esto porque tengo una necesidad de expresión básica. Puedo estar un mes desencantado de todo lo que tenga que ver con el cine pero luego vuelvo a tener ganas de contar historias. Cuando no estoy escribiendo guiones, calmo esa necesidad con la pintura y la poesía.

P: Las relaciones entre el director y el equipo de rodaje  a veces son tensas. ¿Cómo gestiona los conflictos que se producen en el rodaje?

R: Para intentar minimizar los conflictos hay que tenerlo todo cerrado en el previo al rodaje. Una cosa primordial es trabajar con un buen ayudante de dirección, alguien que me libere de esa carga. Como director quiero responsabilidades artísticas, problemas relacionados con el momento de rodaje, no conflictos que vengan de otra parte.

P: Ha participado en el equipo de dirección de muchos proyectos, entre ellos un largometraje. ¿De qué manera le han ayudado estas experiencias?

R: Casi siempre son experiencias positivas de las que se aprende mucho. Te sirve para ponerte en la piel de otros miembros del equipo. Aprendes cosas que estando de director no llegas a ver. Descubres que hay gente muy capaz y otra que no lo es tanto. Siempre aprendes más de las cosas que haces mal que de las que haces bien.

P: Desde que comenzó la crisis, en Euskadi cada vez es más difícil conseguir subvenciones para hacer cortometrajes. ¿Cómo consigue sacar adelante sus proyectos?

R: La única forma de sacar adelante mis proyectos es con la autoproducción: poniendo dinero de mi bolsillo y pidiendo ayudas a productoras emergentes que confían en el proyecto. De todas formas, creo que las subvenciones deberían desaparecer. Me parece bien que se ayude a personas que empiezan a despegar, pero una vez que se tiene un nombre me parece injusto. Los contribuyentes no tienen por qué pagar las películas de nadie. La cultura tiene que existir pero tiene que surgir de un concepto distinto al que conocemos.

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