lunes, 15 de diciembre de 2014

El FANT desde dentro

El amor puede ser eterno. Cuando las cosas se hacen con pasión, cuando se mantiene la ilusión por generar nuevos estímulos y cuando se cuida hasta el más mínimo detalle, el amor, a pesar de sus múltiples transformaciones, puede perdurar en el tiempo. Y esto es lo que sucede entre los organizadores del FANT y el festival en sí. Lo aman, lo reinventan y lo cuidan con mimo. En Mayo del 2015 hacen 21 años, y a decir verdad, el brillo de sus ojos es igual de intenso que el del primer año. Entren y descúbranlo.

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viernes, 28 de noviembre de 2014

“La música es un medio para la expresión del alma”

Urko Menaia/ Cantautor 
                                                                                                                                Lucas Ibar 
Urko Menaia con su voz melancólica, tenue, acompañado de su guitarra clásica, recrea con sus  versos en euskera el ambiente idílico del otoño donostiarra, describiendo paisajes surrealistas que logran encandilar al público con sus letras. Entre acorde y estribillo consiguió cumplir su sueño, el de convertir sus melodías en su medio de vida, porque  comprendió que la música es una expresión del Alma.
P: ¿Urko Menaia, cómo fueron tus primeros pasos como cantautor?
R: Como cantautor, ya sabes;  con los primeros acordes vienen las primeras ideas. En mi caso empecé a  probar con la guitarra  a los 14 años  siguiendo los pasos de mi abuela que tocaba mucho en casa por aquel entonces. Ya antes tocaba algo un teclado sintetizador que había por allí, pero las primeras canciones llegaron con la guitarra. Compuse algunos temas bastante surrealistas y con los acordes que iba aprendiendo.
P: ¿Dónde fue tu primer concierto?
R: En la facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco en el año 2009. Fue un profesor, curiosamente de dibujo, quien nos propuso tres temas:  la torre de babel, el laberinto y la invasión de Troya. Debíamos ceñirnos a los temas, pero los medios eran libres y yo decidí componer y cantar subido al escenario donde solían posar los modelos desnudos. Dos compañeros de clase me acompañaron con percusión.
P: A los 14 años comenzaste a  componer  canciones. ¿Algún tema de  esa  época la sigues cantando en la actualidad?
R: Como ya he dicho antes eran canciones bastante surrealistas, con acordes disonantes, difíciles para un público  no preparado. Pero sí, alguna que otra vez, todavía las toco en directo. Generalmente sin preverlo. Es una bala que guardo en la recámara.
P: Las melodías de tu música mezclan sonidos country, tango y música vasca. ¿Cómo definirías tu estilo musical?
Siempre es difícil definirse a uno mismo, pero creo que se puede decir que es música folk que se nutre de dos corrientes: la tradición más rural influenciado por Mikel Laboa y la influencia de canciones más “ciudadanas” por así decirlo de Xabier Lete. De todas maneras  no creo que yo sea especial en esto.
P: ¿Que intentas transmitir en tus letras de tu Disco Urko Menaia?
R: Se intenta transmitir emociones y se intenta sobre todo que la música, letra,e interpretación sean una única unidad.Creo que mis canciones son sugerentes  pinceladas poéticas y no asuntos concretos. Aunque en muchas ocasiones se parta de un hecho específico y tiendo a la abstracción. Me gusta mucho la poesía oriental y esas pequeñas acuarelas donde se recrea una atmósfera un estado de ánimo.
P: ¿Porque has decidido cantar en Euskera y no en Castellano que  tiene más difusión?
R: Las primeras canciones que escuché en casa fueron en Euskera pero también cantábamos en Español. Digamos que crecí en un ambiente bilingüe; pero a la hora de componer me siento más cómodo en Euskera. La plasticidad de nuestra lengua es difícilmente superable por un idioma romance. El hecho de ser una lengua ancestral (la más antigua de Europa), el haber sobrevivido durante tantos miles de años,  dice mucho sobre su extraordinaria capacidad de evolución, de libertad... Y esto a la hora de escribir es una ventaja.
P: ¿Te sientes limitado al cantar en Euskera para un público más específico?
R: Tristemente existe en España e incluso dentro del territorio vasco un sector mentalmente limitado y condicionado por un prejuicio político imperialista. Y tristemente no son pocos. Esta gente no tiene ningún inconveniente en escuchar sin entender otros idiomas y ni siquiera se lo plantea.  Es música y ya está. Pero si es en Euskera, se les enciende el cartelito de “no entiendo”. De todas maneras, en favor de la población, debo decir que creo que por lo menos la mitad del público que viene a escucharme no es vasco parlante. Y hoy en día hay grupos que están abriendo el camino más allá de nuestras fronteras culturales. Por ejemplo Berri Txarrak llena salas en Madrid.
P: ¿Qué diferencias hay entre tu canción  de tu LP Ametsak eta oroitzapenak y el de tu primer disco Urko Menaia?
R: En el primer LP incluía canciones de la tradición y versiones de otros autores y los acompañamientos eran básicamente de guitarra. En Ametsak eta oroitzapenak toda la composición musical es mía y la mayor parte de los textos,  aunque también hay algunos poemas musicados. En éste último, en los acompañamientos, además de la guitarra  aparecen el piano y el violonchelo.
P: ¿Cómo ha sido tu experiencia de la presentación de tu disco en diferentes “Euskal Etxeak”  en Norte América y en el extranjero?
R: Sí. Fue realmente alucinante poder tocar para las comunidades vascas de Norte América. La asociación de “Euskal Etxeak” de Norteamérica me invitó para realizar una gira, durante un mes, por cinco estados repartidos por toda su geografía y creo que esto ha influido mucho en mis últimas composiciones. Después viajé a Grecia para permanecer durante cuatro meses en un pequeño pueblo del norte, y di otros tantos conciertos organizados por una editorial. En Chequia actué para los alumnos de Euskera de la Universidad de Brno.
P: Comienzas a darte a conocer como músico callejero en el Boulevard de San Sebastián.  ¿Qué se siente pasar de tocar en la calle para un público desconocido  a los escenarios  principales de la Semana Grande de San Sebastián o Fiestas de San Fermines?
R: Bueno,en realidad tocar en la calle es tocar para un público muy grande. En Semana Grande y en San Fermín toqué acompañado de músicos de gran nivel y cuando esto funciona lo que se siente es un gran apoyo y la sensación de avanzar con la fuerza de un mar. Las buenas condiciones técnicas en estos conciertos son también un gran apoyo.
P: ¿Cómo es la vida de un músico callejero? ¿Qué inconvenientes y ventajas tiene tocar en la vía pública?.
R: Bueno los inconvenientes pueden ser los mismos que para cualquier trabajador al aire libre. Entre las ventajas está la de poder darte a conocer a gente de todo el mundo. De hecho fue aquí donde el presidente de N.A.B.O. (North American Basque Organizations) me conoció.
P: ¿Prefieres los escenarios grandes o más pequeños? y ¿Por qué?
R: Cuando pueda actuar en el Kursal te lo diré.(riéndose).
P: ¿Como ves el panorama cultural de Euskal Herria? ¿Crees que el  Gobierno Vasco debería apoyar más a los músicos y artistas vascos para difundir su lengua?
 R: Claro. Pero también el estado, si pretende que la unión sea vista como democrática y no como invasora, debería apoyar nuestra cultura en vez de atacarla. Por eso aquí sabemos muy bien qué  es la autogestión y hemos sido en muchos casos un referente a nivel europeo.
P: ¿ A la hora de componer en que te inspiras?
R: Difícil respuesta. No sé, a veces creo que es la propia guitarra la que lo hace por mí. También en lo que leas o escuches que realmente haya dejado huella en tu interior. Son muchos caminos creo yo.  Algunas ideas quedan apartadas durante un tiempo, luego se retoman... y en un momento dado pueden encajar unas con otras.
P: ¿Qué le aconsejarías a un joven que comience sus andaduras en la música?
R: Que se  pregunte si lo hace desde dentro. En la sociedad capitalista en la que vivimos se puede seguir adelante si uno se sabe vender a pesar de estar vacío por dentro y quizás hasta  se pueda tener la suerte de ascender en la industria.
P: ¿ Qué es la música para ti?
R: La música es un medio para la expresión del alma. Y como tal, es necesario que el receptor tenga  una predisposición a ser seducido espiritualmente por ella. Por culpa del pensamiento comercial, de las tendencias dirigidas, de la difusión indiscriminada, hay productos  a  los que duele llamar música aunque físicamente lo sea y es difícil escapar a su escucha. No creo que la música sea exclusiva de los humanos y si se anda con el corazón abierto, se puede encontrar más  musicalidad en la naturaleza que en  estos fenómenos  comerciales que esperemos  sean pasajeros. Lo verdadero prevalecerá. O eso quiero pensar.

                                                                                                    

martes, 25 de noviembre de 2014

"La constancia y el talento, antes o después, despuntan"

 Koldo Serra / Director de cine
   Uriel Gartzia

Nunca pensé que fuera a ser tan fácil. Hace poco acudí a una masterclass impartida por Koldo Serra en la UPV/EHU, y en la que quedé sorprendido por su sencillez y honestidad. Cuando uno imagina a un personaje que ha rodado en 16 mm siendo un renacuajo, que ha dirigido cortos que han recibido innumerables premios y que ha llevado bajo su batuta a gente de la talla de Gary Oldman, Paddy Considine, Mariví Bilbao, Virgine Ledoyen, Aitana Sánchez-Gijón, Lluis Homar o Álex Angulo, no visualiza a un tipo tan llano como el desierto de las Bardenas. La charla duró una hora y media y, frente a mis nervios iniciales, acabé sintiéndome en pijama y con zapatillas de casa.


P: Una de las cosas que más me llamó la atención en su masterclass fue la correspondencia entre storyboard y el resultante visual de sus películas. ¿Cómo lo consigue?

R: Yo creo que ayuda mucho el haber dibujado cómics. Yo siempre he comparado el mundo del cómic con el mundo audiovisual, en el sentido de que los dos cuentan historias a través de un lenguaje secuenciado y articuladas en plano. Cuando tú te sientas frente a una página en blanco, tienes que narrar. Por otro lado, la parte más divertida de la parte creativa audiovisual es la de pensar lo que quiero contar y, sobre todo, cómo lo quiero contar. Me estrujo bastante la cabeza en cuanto a las planificaciones, me vuelvo loco diseñando las secuencias, desglosándolas en planos... Entonces cuando llego al paso de dibujar el storyboard tengo muy claro lo que quiero contar. Ayuda a visualizar si lo que estás trabajando funciona o no, pues muchas veces te das cuenta de que un plano y el siguiente no montan. Es cierto que el storyboard de “Bosque de sombras” o el de “El tren de la bruja” son alucinantes, pues se parecen mucho al resultado. También suelo trabajar el uso de las ópticas, el enfoque, si quiero ópticas largas o un teleobjetivo...La verdad es que últimamente dibujo poco y gracias a los storys me mantengo activo en este sentido. De todas formas, debe de ser una guía, en ningún caso debe de ser un dogma en el que nunca se pueda tocar nada, pues muchas veces el espacio para rodar no es como lo imaginas. Al final es un proceso orgánico y muchas veces el imaginario no coincide con el set.



P: ¿Cómo tomó la decisión de contar historias a través de una cámara?

R: A mí me pilló una década que nos ha marcado a muchos. Fue la década de los 80. Yo nací en el 75, por lo que vi “E.T.” en el cine en el 81, vi “El Imperio Contraataca”, vi “Indiana Jones y el Templo Maldito” en el 84, “Los Gonnies” la vi diez veces en el cine, “Predator”...Como niño todo esto me volvió loco mentalmente. Veía películas en las que todo lo que me gustaría haber hecho se podía hacer. Yo y mis amigos íbamos con las bicicletas a la Galea o a los bunkers a buscar pelotas de golf perdidas y terminábamos pensando que íbamos a encontrar un barco pirata. Todavía no era consciente de que había tanta gente detrás de una película o de que el cine era una profesión. Con el tiempo, siendo adolescente, me dí cuenta de que todo aquello parte de unas personas y de que hay un proceso creativo y artístico detrás. Esa inocencia es la que se pierde cuando haces cine, ya que al final estás viendo una película y estás pendiente de cómo la han hecho, cómo la han fotografiado, y por lo tanto, no estás emocionalmente implicado como cuando eres niño, que eres una esponja y muy permeable. Una película que me marcó en este sentido fue “Los intocables de Elliot Ness” de Brian de Palma, con esa escena de las escaleras que supone un guiño a “El Acorazado Potemkin”. Fue la primera vez que tomaba conciencia de que una película es algo premeditado y trabajado, donde nada es casualidad y en la que hay mucha gente detrás que la hace posible. En definitiva, fue más un proceso que algo que sucedió de un día para otro.

P: En los años 80, se juntaban los años de plomo de la ETA, una ciudad como Bilbao, gris, sobre industrializada y casi apocalíptica, en plena transición, el auge del punk y la heroína ...Debía de ser una locura.

R: Yo creo que a esa edad todavía no eres consciente de todo eso y que lo vas asimilando con el tiempo. Todo eso lo paliaba yendo al cine con mi abuela a ver Terminator y ese tipo de cosas. Antiguamente existía la “sesión continua” en la que podías ver la película las veces que quisieras mientras no salieses del cine. Entonces a mi me soltaban ahí y en una tarde me pude ver “Los Goonies” tres veces seguidas. Mi madre me soltó a las 16:00 de la tarde y me recogió a las 21:00. Esto ahora es inviable pero en aquella época se podía hacer. La evasión a todo esto que cuentas va por ahí. Has dicho una cosa clave hablando de aquel Bilbao, porque ahora sí recuerdo una película que me marcó profundamente, sobre todo en el sentido de decir: ésto (del cine) se puede hacer, y se puede hacer aquí. Fue “Acción Mutante”. Recuerdo perfectamente el día que fui a verla al cine y entendí que esa película se había rodado aquí, dirigida por un tío de aquí, que tiene naves espaciales, que es una película postapocalíptica, una distopía futurista al estilo Blade Runner, con humo en las calles, con humedad, con lluvia, con una estética sucia...y resulta que se ha hecho aquí. Pues si se ha podido hacer ésto en Bilbao, ¡¿porqué no vamos a poder nosotros?! Yo creo que ésto nos motivó a una generación entera.

P: En tu primer largometraje, “Bosque de Sombras”, sorprende la ausencia de florituras visuales y narrativas, sobre todo siendo tu primera película.

R: Mi apuesta era ser muy distante emocionalmente hablando, muy distante formalmente, cámara lejos, ópticas abiertas... En esencia, quería hacer una película en la que el espectador entrara o no, pero lo hiciera sin mucha manipulación por mi parte... una especie de traición a lo comercial... Entiendo que entre otras muchas cosas, esto ayudó a que la película no funcionara como nos hubiera gustado a todos los implicados.

P: Y ¿cómo se gestiona ésto? Es decir, cuando haces una apuesta de esas magnitudes y te sale mal, ¿hay momentos en los que dudas?

R: Esto es una profesión. Cuando uno empieza cree en el romanticismo, pero al final te das cuenta de que es una profesión en la que se juega con mucho dinero y con mucha gente, y que el cine, en su sentido más artístico, no le interesa a todo el mundo. Cuando hago TV asumo donde estoy y trato de hacer la TV que me piden, pero también la que a mí me gustaría ver. En los proyectos más personales trato, hasta donde se pueda llegar, de mantenerme firme en mis convicciones de tipo narrativas o de lo que sea. Evidéntemente, cada proyecto tiene su historia. Por ejemplo, Gernika, que es la película en la que estamos trabajando ahora, es un trabajo que sí va a tratar de llegar a mucha más gente, formalmente hablando. Es una película en la que habrá mucha más música que en “Bosque de Sombras”, pero sencíllamente porque es un proyecto distinto, que cuenta cosas distintas, que va a tratar de llegar a más gente y que cuesta mucho dinero como para ponerme exquisito, quizás en contra del propio proyecto. En “Bosque de Sombras”, lo más goloso hubiese sido que la fotografía fuese súper estética, pero en mi opinión, eso hubiese ido en contra de lo que yo estaba contando. Yo quería que la foto fuese muy realista, que la estética fuese muy realista, no como en documental ni mucho menos, pero respetando profundamente el entorno. Si las paredes eran encaladas, eran encaladas. Igual eran más bonitas en color madera y con humedades, pero no pegaba. Tim Burton mola para lo que mola. Por eso creo que cada proyecto tiene su historia. Mientras uno sea coherente con lo que está contando, cada uno gestiona esas traiciones como puede. Si tu vas a hacer un proyecto súper intimista y súper personal, jugarás con un presupuesto mucho más pequeño porque la apuesta es muy arriesgada. Por otro lado, cuando ruedas cosas de mayor envergadura, debes de adaptarte a lo que estás contando pero sin traicionar. Por ejemplo, Gernika va a ser 100% Koldo Serra. Evidentemente, es un proyecto que es un encargo y, por lo tanto, puede que la técnica narrativa difiera mucho de “Bosque de Sombras”, pero porque son proyectos diferentes y tienen un tono muy diferente. También te digo, que en ningún momento va a haber ninguna traición, porque para eso también hago TV. Si yo hago “El Don de Alba” o “La Fuga” ya sé donde estoy, y pese a eso, intento hacer que sea Koldo Serra. Que cada capítulo de “La Fuga” que he dirigido sea diferente a los demás, ni mejor ni peor, pero por lo menos que tenga mi sello. Que tenga siete, ocho o diez secuencias con las que he quedado súper contento porque las he narrado como yo quería, dentro de los tiempos de rodaje que tiene la TV. Yo siempre digo que a mí nunca me ha interesado ir a Los Ángeles, porque no me interesa rodar una película en la que no voy a tener ningún
grado de participación. Pasa mucho con directores coreanos o europeos que tienen personalidad. Se los llevan a Hollywood donde ruedan una película de estudio en la que su personalidad brilla por su ausencia. Entonces, si al final tenemos que hacer películas más pequeñas, con presupuestos más pequeños y de distribución más pequeña, pero siendo coherentes con lo que somos, que así sea. De todas formas, creo que no hay que olvidar que esto es un trabajo y que si nos apasiona contar historias, tal vez hay que contar algunas historias más aptas para el público general, y otras, más para uno mismo.

P: Este fin de semana pasado, trabajé por primera vez en el rodaje de un anuncio publicitario. Lo que más me gustó fue trabajar en un proyecto de cierta envergadura, con una Red One y dos Scarlet... Fue brutal poder visualizar toda la estructura del rodaje, ver todo aquello que no se ve en pantalla.

R: Es ahí donde comienzas una nueva fase. Antes te lo comentaba. Cuanto más experiencia tienes en este mundo, cuanto más trabajas y más metido estás, menos magia vas a sentir como espectador. Uno ve todos los mecanismos emocionales para que una secuencia funcione, los mecanismos para asustar al espectador, y al final, estás más pendiente de eso que de otra cosa. Pero y aunque suene a contradicción, yo soy de los que todavía me fascino con el poder de los making off. Todavía me convierto en niño cuando veo un making off, donde veo como ruedan las cosas y, posteriormente, la imagen resultante. Por mucho que me dedique a ésto, que haga cosas parecidas o efectos especiales, aún me fascina el poder de la imagen resultante

. Todavía, esas cosas me encantan y creo en esa magia. La que no tengo como espectador viendo las películas y la que mantengo viendo el proceso y, sobretodo, el efecto resultante del mismo, que todavía me fascina.

P: ¿Qué es más importante para abrirte un hueco? ¿Un apellido o el talento?

R: Es como todo. Supongo que el apellidarse Pantoja ayudará a que te paguen 3.000 euros por pinchar en un bolo, y sin embargo, un dj que lleva tres años pinchando en Bilbao lo tiene más complicado. Evidentemente, es así de mierda todo. En la sociedad en general, un apellido o un nombre te abre puertas que no te abre la experiencia.

P: Sobre todo en España, ¿no? ¿Tú qué crees?

R: Sí. Pero también te digo que la constancia y el talento, antes o después, despuntan. Igual el proceso es más largo, pero creo que si uno tiene constancia, trabaja y es bueno...Al final, está profesión tiene muchas cosas malas, pero también algo bueno. Si tu trabajo es bueno, te vuelven a llamar. Si tú curras con alguien, y esa persona te funciona, lo da todo y se deja la piel, yo vuelvo a currar con él. Lo mismo pasa conmigo. Yo, cuando hago una publicidad con una agencia y me he dejado las pestañas, aunque la hallamos hecho por tres euros, siempre me vuelven a llamar. Es cierto que muchas veces llaman al que tiene más nombre, aunque luego no se implique nada, pero sigo pensando que el trabajo siempre se agradece. Igual ese proceso es más costoso, pero al final sí se puede. Hay que hacer, hacer y hacer hasta que al final no te haga falta andar mendigando. Te llamarán porque saben que tu curro es bueno.

jueves, 20 de noviembre de 2014

“El doblaje es un mundo invisible, un mundo que la gente no conoce”

Gabriel Fiallegas / Actor de doblaje 
 Ander García 

El interés de Gabriel Fiallegas por el mundo del doblaje comenzó cuando era pequeño e iba a clase de teatro en su escuela. Años después decidió lanzarse a estudiar doblaje en la escuela IMVAL de Deusto. Y según el mismo cuenta, no quiso seguir por el camino del teatro porque el doblaje “combina el actuar sin que me vean la cara, que soy feo”.

P: ¿Qué le llevó a querer ser actor de doblaje?

R: Imagino que por toda la infancia, me críe con un montón de series de dibujos animados, que son las que más se doblan. Pues, todas estas series: Doraemon, Shin Chan, Digimon… un poco lo que me tocó en mi día, que a cada uno le tocan unas. Cuando empecé a escuchar esas voces y a verlas en diferentes sitios me llevó a pensar: “¿qué hay aquí?”, como un niño de cuatro años que no tiene ni idea de que las cosas se doblan. A esa edad yo creía que las cosas se hacían directamente en castellano, hasta que un día se me encendió la bombilla viendo la televisión cuando salió Tom Hanks, y bueno a Tom Hanks obviamente le pone la voz normalmente la misma persona y como estaba haciendo una entrevista, le doblaron con esa voz. Entonces dije: “mamá, mamá, no sabía que Tom Hanks hablaba castellano”, y me dijo: “no, no es que también le han doblado ahí”. Esa fue la primera vez que tuve constancia.
También estaba el hecho de que me gustaba actuar, hice teatro un par de añitos en primaria, obligado, pero la verdad es que me gustó mucho y de ahí tirando un poco del hilo se acabó llevando al doblaje. Combina el actuar sin que me vean la cara, que soy feo, dice entre risas.

P: ¿En qué consiste el trabajo de un actor de doblaje? ¿Cómo lo definiría?

R: Un error bastante común es pensar que el doblaje se centra en las traducciones, pero para eso hay que hacer unos estudios diferentes. Al final el trabajo de un doblador es el mismo que el de un actor de cine, televisión o teatro. De hecho, algunos actores de cine son también actores de doblaje. La diferencia es que cuando vemos a un actor de cine lo vemos bastante encasillado, por ejemplo, nunca has visto a Vin Diesel haciendo una comedia romántica. Sin embargo, el doblador tiene que tener todos los registros porque, en un momento puedes estar haciendo una serie de dibujos animados, al momento siguiente una de acción, luego una comedia, luego algo romántico y en todo lo tienes que hacer bien porque sino no cobras. Pero al final es actuar e interpretar como cualquier otro actor.

P: En Europa, los únicos países que doblan las películas son Alemania, España, Francia e Italia frente a los demás que únicamente las subtitulan. ¿Por qué cree se hace esto y qué ventajas le ve?

R: El doblaje te acerca a la producción, al final el tenerlo en tu idioma te proporciona un mayor disfrute, tratarlo como algo propio. El subtitular está bien porque la gente dice que así ve como actúa el actor original, pero, ¿de qué te sirve saber como está actuando si no estas entendiendo nada?. Porque si, un actor puede tener una voz así como bonita, triste o alegre pero al final no entiendes la entonación, no sabes lo que esta diciendo, asique a menos que entiendas el idioma, ver una original con subtítulos no es lo más idóneo para mi.

P: ¿Cree usted que los actores de doblaje tienen el reconocimiento suficiente por acercar las películas a todos lo públicos?

R: Reconocimiento tienen poco, eso hay que dejarlo claro desde ya, en otros países si que lo tienen más, en Estados Unidos o Japón, un poco donde se crean todas esas series de dibujos animados, ya que por mucho que la gente crea no vienen con voz. En este país no, es una profesión muy anónima, como decía mi profesor en su día: “si se habla del doblaje es para hablar mal y mientras no se hable es que todo va bien”.

P: ¿Cómo se trabaja dentro de un estudio de grabación?

R: Tu llegas allí, no sabes lo que vas a hacer, puedes estar allí por ejemplo de una a tres y todo el tiempo es hacer, hacer, hacer… y cada vez que hagas te vas llevando dinero. Por cada ’take’, que pueden ser unas fracciones de unos 40 segundos o un minuto, a veces también se hace por líneas (unas 15). En un mismo día se graban diferentes series o películas pero te lo agrupan por personajes, por aquello de que no tengas que andar saltando tanto y hay algunos directores un poco más majos que te dejan las cosas más difíciles para el final, para que no te rompas la voz. En si es eso, llegas allí, grabas con unas direcciones que te da el director, el técnico te dice si todo ha ido bien y lo único que te piden es mucha velocidad. Esa es una de las razones de porque algunas veces un doblaje no queda bien, porque no nos dejan repetir.

P: ¿Cuál es la fase que más le gusta del trabajo en el estudio?

R: Lo que más me gusta de hacer esto es la diversidad, porque siempre haces cosas diferentes. Al final siempre va a haber cosas que no te gusten, papeles más difíciles o documentales que pueden ser más aburridos. Pero bueno, lo que me gusta es eso de no estar tan encasillado como pueda estar un actor que se tira dos años haciendo lo mismo.

P: ¿Para hacer diferentes voces os enseñan algún tipo de mecanismo?

R: Eso es una especie de mito que viene de que a los cantantes les dicen que canten con el diafragma, pues mira, yo no hablo con el diafragma, no se ni lo que es el diafragma. También existe otro mito, ya que estamos hablando de eso, y es que el doblador tiene que poner voces, al doblador se le coge por su voz y cambiar voces es solo en aspectos muy concretos. Si eres un señor de 40 años y te dicen que hagas de vieja, que le paso a alguien que conozco, a Antón Palomar, quien estuvo haciendo “Ángela Anaconda” una serie de Nicklodeon y ahí si que tienes que hacer un poco de modelaje, pero generalmente si tienes que doblar a actores usas tu voz. En general, es tirar de tu voz y ya está, porque eso es lo que vale.

P: ¿Quiénes son en su opinión los mejores actores de doblaje?

R: Complicado, o primero decirte que en España tenemos unos de los mejores actores de doblaje del mundo porque en otros países como puede ser Estado Unidos, que no quiero decir que sean malos, hay alguno que está trabajando y quizá no se lo mereciera tanto como parece, por el volumen de trabajo que maneja. Aquí si tenemos mucha calidad y es una cosa que no se aprecia, pero hay muchísima gente buena, lo que pasa es que el doblaje es un mundo invisible, un mundo que la gente no conoce. Incluso dentro de los que estamos allí que conozcamos nombres es difícil, te podría dar nombre pero lo que le da popularidad a una película es el nombre del invitado especial. Hay una película, por ejemplo, que se estrenó hace poco, que se llamaba “Las Aventuras de Tadeo Jones” y el gancho de esa película era que dos personajes principales eran interpretados por Michelle Jenner y José Mota, pero al que hacia de Tadeo no se le mencionaba por ninguna parte, que era Oscar Barberán. Y lo mismo pasa con la película que van a estrena ahora de Doraemon, que a Nobita y Shisuka de mayores les hace Mario Vaquerizo y Alaska, pero todos los personajes jóvenes, que se doblan aquí en Vizcaya y que son dobladores vascos, no se les menciona por ninguna parte. Entre ellos está Antón Palomar haciendo de Shuneo y bastantes más, todos son bastante buenos.



lunes, 17 de noviembre de 2014

"El cine para mí es como un veneno, y yo noto que estoy herido de muerte"

Neftalí Vela / Director y guionista
Talia Hernando



Los ojos de Neftalí Vela (Gallarta, 1980) llevan muchos años contando historias. Empezó a interesarle el cine cuando rodaba cortometrajes de pequeño. Lo que nunca imaginó, ese niño risueño, es que algún día su hobby se transformaría en su forma de vida.

Neftalí aparece en la calle con una carpeta donde guarda los dibujos de las historias que ha dirigido. Hace seis años su vida dio un giro de 180 grados. Dejó un  trabajo en el que se sentía frustrado para dedicarse a su verdadera pasión: el cine. Neftalí tiene una habilidad natural para la creación ya que, además de escribir guiones y dirigir cortometrajes, dibuja y escribe poesía.

 P: Las historias que cuenta en sus cortometrajes reflejan los pensamientos y deseos internos de los personajes. ¿Qué historias son las que más le inspiran a la hora de escribir un guion? ¿Con qué parte de la creación audiovisual disfruta más?

R: He llegado a la conclusión de que mis historias reflejan mis inquietudes personales, rodadas en los espacios y recuerdos de mi infancia. Los espacios donde me he criado me han influido mucho. Las historias que cuento suelen tener ese punto nostálgico y melancólico. Soy bastante reflexivo en ese aspecto y disfruto recreándome en lo contemplativo. Para mí el cine es un lenguaje único en el que la imagen es lo más importante.

Con la parte que más disfruto es creando el guion, luego lo analizo y voy desarrollando el lenguaje visual. Disfruto mucho con ese lenguaje, es como un baile y cuando todo empieza a encajar es precioso, aunque los rodajes también son bonitos porque es donde el guion cobra vida.

P: Hace storyboards de todos los cortos que dirige. ¿El tiempo invertido en dibujar toda la historia hace que se agilice el tiempo de rodaje?

R: En mi caso sí. Los stories sirven para transmitir lo que quieres al equipo. Es una forma de reflejar mejor mis pensamientos. Soy muy detallista con los storyboards, quiero que todo lo que he dibujado en ellos aparezca en el cortometraje. Me gusta hacerlos sabiendo cuál es la localización en la que voy a situar la historia. A la hora del previo y del rodaje, para mí es imprescindible contar con un storyboard para que todo el mundo sepa que tiene que hacer en cada momento. 

P: 'Al otro lado' y 'Remanecer' son los cortometrajes de más éxito que ha dirigido. ¿Qué sensación tiene cuando la gente le dice que le gustan sus cortos?

R: Te sientes orgulloso y es una forma de recompensar todo el esfuerzo realizado. De todas formas yo soy muy crítico conmigo mismo y con la gente que me da su opinión. En seguida quiero que me cuenten qué parte no les ha gustado porque de los fallos es de lo que más aprendes. En el cine no puedes perder el tiempo; hay que avanzar.

P: Los actores juegan un papel primordial en la credibilidad de la historia. ¿En qué se fija a la hora de elegirlos?

En principio te fijas en lo superficial, a no ser que conozcas ya a esa persona. En mi caso hablo de actores desconocidos, que es con lo que más he trabajado. Me fijo en su rostro y en su manera de moverse. Normalmente intentas ver cómo trabaja convocándolo en un casting. A partir de ahí, te fijas si es capaz de defender ese papel y si yo soy capaz de dirigirle, al final es la intuición la que decide. Me gusta trabajar con actores desconocidos por su capacidad para sorprenderme. Para mí no solo es hacer cine, se trata de conocer a las personas.

P: La pasión por el cine es la que muchas veces os empuja a seguir adelante con vuestra profesión. ¿Alguna vez ha pensado en tirar la toalla?

R: Casi todos los días me lo planteo porque no siempre hay fuerzas. Esto para mí es un veneno, y yo noto que estoy herido de muerte. Me dedico a esto porque tengo una necesidad de expresión básica. Puedo estar un mes desencantado de todo lo que tenga que ver con el cine pero luego vuelvo a tener ganas de contar historias. Cuando no estoy escribiendo guiones, calmo esa necesidad con la pintura y la poesía.

P: Las relaciones entre el director y el equipo de rodaje  a veces son tensas. ¿Cómo gestiona los conflictos que se producen en el rodaje?

R: Para intentar minimizar los conflictos hay que tenerlo todo cerrado en el previo al rodaje. Una cosa primordial es trabajar con un buen ayudante de dirección, alguien que me libere de esa carga. Como director quiero responsabilidades artísticas, problemas relacionados con el momento de rodaje, no conflictos que vengan de otra parte.

P: Ha participado en el equipo de dirección de muchos proyectos, entre ellos un largometraje. ¿De qué manera le han ayudado estas experiencias?

R: Casi siempre son experiencias positivas de las que se aprende mucho. Te sirve para ponerte en la piel de otros miembros del equipo. Aprendes cosas que estando de director no llegas a ver. Descubres que hay gente muy capaz y otra que no lo es tanto. Siempre aprendes más de las cosas que haces mal que de las que haces bien.

P: Desde que comenzó la crisis, en Euskadi cada vez es más difícil conseguir subvenciones para hacer cortometrajes. ¿Cómo consigue sacar adelante sus proyectos?

R: La única forma de sacar adelante mis proyectos es con la autoproducción: poniendo dinero de mi bolsillo y pidiendo ayudas a productoras emergentes que confían en el proyecto. De todas formas, creo que las subvenciones deberían desaparecer. Me parece bien que se ayude a personas que empiezan a despegar, pero una vez que se tiene un nombre me parece injusto. Los contribuyentes no tienen por qué pagar las películas de nadie. La cultura tiene que existir pero tiene que surgir de un concepto distinto al que conocemos.