Urko Menaia/ Cantautor
Lucas Ibar
Urko Menaia con su voz
melancólica, tenue, acompañado de su guitarra clásica, recrea con sus
versos en euskera el ambiente idílico del otoño donostiarra, describiendo
paisajes surrealistas que logran encandilar al público con sus letras. Entre
acorde y estribillo consiguió cumplir su sueño, el de convertir
sus melodías en su medio de vida, porque comprendió que la
música es una expresión del Alma.
P: ¿Urko Menaia, cómo
fueron tus primeros pasos como cantautor?

P:
¿Dónde fue tu
primer concierto?
R: En la facultad de Bellas Artes de
la Universidad del País Vasco en el año 2009. Fue un profesor, curiosamente de dibujo, quien nos
propuso tres temas: la torre de babel,
el laberinto y la invasión de Troya. Debíamos ceñirnos a los temas, pero los medios eran libres y yo decidí
componer y cantar subido al escenario donde solían posar los modelos desnudos.
Dos compañeros de clase me acompañaron con percusión.
P:
A los 14 años
comenzaste a componer canciones. ¿Algún tema de
esa época la sigues cantando en
la actualidad?
R: Como
ya he dicho antes eran canciones bastante surrealistas, con acordes disonantes,
difíciles para un público no preparado.
Pero sí, alguna
que otra vez, todavía las toco en
directo. Generalmente sin preverlo. Es una bala que guardo en la recámara.
P: Las melodías de tu música mezclan
sonidos country, tango y música vasca.
¿Cómo definirías tu estilo musical?
Siempre es difícil definirse a
uno mismo, pero creo que se
puede decir que es música folk que se nutre de dos corrientes: la tradición más
rural influenciado por Mikel
Laboa y la influencia de
canciones más “ciudadanas” por así decirlo de Xabier
Lete. De todas
maneras no creo que yo sea especial en
esto.
P:
¿Que intentas
transmitir en tus letras de tu Disco Urko Menaia?

P:
¿Porque has decidido
cantar en Euskera y no en Castellano que tiene más difusión?

P:
¿Te sientes
limitado al cantar en Euskera para un público más específico?
R: Tristemente
existe en España e incluso dentro del territorio vasco un sector mentalmente
limitado y condicionado por un prejuicio político imperialista. Y tristemente no son pocos. Esta gente no tiene ningún
inconveniente en escuchar sin entender otros idiomas y ni siquiera se lo
plantea. Es música y ya está. Pero si es
en Euskera, se les enciende el cartelito de “no entiendo”. De todas maneras, en
favor de la población, debo decir que creo que por lo menos la mitad del
público que viene a escucharme no es vasco parlante. Y hoy en día hay grupos que
están abriendo el camino más allá de nuestras fronteras culturales. Por ejemplo
Berri Txarrak llena salas en Madrid.
P:
¿Qué
diferencias hay entre tu canción de tu LP Ametsak eta oroitzapenak y el de tu primer
disco Urko Menaia?
R: En
el primer LP incluía canciones
de la tradición y versiones de otros autores y los acompañamientos eran
básicamente de guitarra. En
Ametsak eta oroitzapenak toda la
composición musical es mía y la mayor parte de los textos, aunque también hay algunos poemas musicados.
En éste último, en los acompañamientos, además de la guitarra aparecen el piano y el violonchelo.
P:
¿Cómo ha sido tu experiencia de
la presentación de tu disco en diferentes “Euskal Etxeak” en Norte
América y en el extranjero?
R: Sí. Fue realmente alucinante poder tocar
para las comunidades vascas de Norte América. La asociación de “Euskal Etxeak”
de Norteamérica me invitó para realizar una gira, durante un mes, por cinco
estados repartidos por toda su geografía y creo que esto ha influido mucho en
mis últimas composiciones. Después viajé a Grecia para permanecer durante
cuatro meses en un pequeño pueblo del norte, y di otros tantos conciertos
organizados por una editorial. En Chequia actué para los alumnos de Euskera de
la Universidad de Brno.
P:
Comienzas a
darte a conocer como músico callejero en el Boulevard de San Sebastián. ¿Qué se siente pasar de tocar en la calle para un
público desconocido
a los escenarios principales de la Semana Grande de San Sebastián
o Fiestas de San Fermines?
R: Bueno,en realidad tocar en la calle es tocar para un público muy grande. En Semana
Grande y en San Fermín toqué acompañado de músicos de gran nivel y cuando esto
funciona lo que se siente es un gran apoyo y la sensación de avanzar con la
fuerza de un mar. Las buenas condiciones técnicas en estos conciertos son
también un gran apoyo.
P: ¿Cómo
es la
vida de un músico callejero? ¿Qué inconvenientes y ventajas tiene tocar en la vía pública?.

P: ¿Prefieres
los escenarios grandes o más pequeños? y ¿Por qué?
P: ¿Como ves el panorama cultural de Euskal Herria?
¿Crees
que el Gobierno Vasco debería apoyar más a los músicos y artistas vascos para
difundir su lengua?
R: Claro. Pero también el estado, si pretende que la
unión sea vista como democrática y no como invasora, debería apoyar nuestra
cultura en vez de atacarla. Por eso aquí sabemos muy bien qué es la autogestión y hemos sido en muchos casos un referente a
nivel europeo.
P: ¿ A la hora de componer en que te inspiras?
R: Difícil respuesta. No sé, a veces creo que es la propia guitarra
la que lo hace por mí. También en lo que leas o escuches que realmente haya
dejado huella en tu interior. Son muchos caminos creo yo. Algunas ideas quedan apartadas durante un
tiempo, luego se retoman... y en un momento dado pueden encajar unas con otras.
P:
¿Qué le
aconsejarías a un joven que comience sus andaduras en la música?
R: Que
se pregunte si lo hace desde dentro. En
la sociedad capitalista en la que vivimos se puede seguir adelante si uno se
sabe vender a pesar de estar vacío por dentro y quizás hasta se pueda tener la suerte de ascender en la
industria.
P:
¿ Qué es la
música para ti?
R: La música es un medio para la expresión del alma. Y como tal, es necesario que el receptor tenga una predisposición a ser seducido
espiritualmente por ella. Por culpa del pensamiento comercial, de las
tendencias dirigidas, de la difusión indiscriminada, hay productos a los
que duele llamar música aunque físicamente lo sea y es difícil escapar a su
escucha. No creo que la música sea exclusiva de los humanos y si se anda con el
corazón abierto, se puede encontrar más
musicalidad en la naturaleza que en estos fenómenos comerciales que esperemos sean pasajeros. Lo verdadero prevalecerá. O
eso quiero pensar.
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