Neftalí Vela / Director y
guionista
Talia Hernando
Los ojos
de Neftalí Vela (Gallarta, 1980) llevan muchos años contando historias. Empezó
a interesarle el cine cuando rodaba cortometrajes de pequeño. Lo que nunca
imaginó, ese niño risueño, es que algún día su hobby se
transformaría en su forma de vida.
Neftalí aparece
en la calle con una carpeta donde guarda los dibujos de las historias que ha
dirigido. Hace seis años su vida dio un giro de 180 grados. Dejó
un trabajo en el que se sentía frustrado para dedicarse a su
verdadera pasión: el cine. Neftalí tiene una habilidad natural para la creación
ya que, además de escribir guiones y dirigir cortometrajes, dibuja y escribe
poesía.
P: Las historias
que cuenta en sus cortometrajes reflejan los pensamientos y
deseos internos de los personajes. ¿Qué historias son las que más le
inspiran a la hora de escribir un guion? ¿Con qué parte de la creación
audiovisual disfruta más?

Con la parte que más
disfruto es creando el guion, luego lo analizo y voy desarrollando el lenguaje
visual. Disfruto mucho con ese lenguaje, es como un baile y cuando todo empieza
a encajar es precioso, aunque los rodajes también son bonitos porque es donde
el guion cobra vida.
P: Hace storyboards de todos los cortos que
dirige. ¿El tiempo invertido en dibujar toda la historia hace que se agilice el
tiempo de rodaje?
R: En mi caso sí. Los stories sirven para transmitir lo que
quieres al equipo. Es una forma de reflejar mejor mis pensamientos. Soy muy
detallista con los storyboards,
quiero que todo lo que he dibujado en ellos aparezca en el cortometraje. Me
gusta hacerlos sabiendo cuál es la localización en la que voy a situar la
historia. A la hora del previo y del rodaje, para mí es imprescindible contar
con un storyboard para que todo el mundo sepa que tiene que hacer en
cada momento.
P: 'Al otro lado' y 'Remanecer' son los
cortometrajes de más éxito que ha dirigido. ¿Qué sensación tiene cuando la
gente le dice que le gustan sus cortos?
R: Te
sientes orgulloso y es una forma de recompensar todo el esfuerzo realizado. De
todas formas yo soy muy crítico conmigo mismo y con la gente que me da su
opinión. En seguida quiero que me cuenten qué parte no les ha gustado porque de los fallos es de lo que más aprendes. En el
cine no puedes perder el tiempo; hay que avanzar.
P:
Los actores juegan un papel primordial en la credibilidad de la historia. ¿En
qué se fija a la hora de elegirlos?
En principio te fijas en lo
superficial, a no ser que conozcas ya a esa persona. En mi caso hablo de
actores desconocidos, que es con lo que más he trabajado. Me fijo en su rostro
y en su manera de moverse. Normalmente intentas ver cómo trabaja convocándolo
en un casting. A partir de ahí, te fijas si es capaz de defender ese papel y si
yo soy capaz de dirigirle, al final es la intuición la que decide. Me gusta
trabajar con actores desconocidos por su capacidad para sorprenderme. Para mí
no solo es hacer cine, se trata de conocer a las personas.
P:
La pasión por el cine es la que muchas veces os empuja a seguir adelante con
vuestra profesión. ¿Alguna vez ha pensado en tirar la toalla?
R: Casi todos los
días me lo planteo porque no siempre hay fuerzas. Esto para mí es un veneno, y yo
noto que estoy herido de muerte. Me dedico a esto porque tengo una necesidad de
expresión básica. Puedo estar un mes desencantado de todo lo que tenga que ver
con el cine pero luego vuelvo a tener ganas de contar historias. Cuando no
estoy escribiendo guiones, calmo esa necesidad con la pintura y la poesía.
P:
Las relaciones entre el director y el equipo de rodaje a veces son tensas. ¿Cómo gestiona los
conflictos que se producen en el rodaje?
R:
Para intentar minimizar los conflictos hay que tenerlo todo cerrado en el
previo al rodaje. Una cosa primordial es trabajar con un buen ayudante de dirección,
alguien que me libere de esa carga. Como director quiero responsabilidades
artísticas, problemas relacionados con el momento de rodaje, no conflictos que
vengan de otra parte.
P:
Ha participado en el equipo de dirección de muchos proyectos, entre ellos un
largometraje. ¿De qué manera le han ayudado estas experiencias?
R:
Casi siempre son experiencias positivas de las que se aprende mucho. Te sirve
para ponerte en la piel de otros miembros del equipo. Aprendes cosas que
estando de director no llegas a ver. Descubres que hay gente muy capaz y otra
que no lo es tanto. Siempre aprendes más de las cosas que haces mal que de las
que haces bien.
P:
Desde que comenzó la crisis, en Euskadi cada vez es más difícil conseguir
subvenciones para hacer cortometrajes. ¿Cómo consigue sacar adelante sus
proyectos?

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